La semana de la educación vial fue creada por Resolución
Suprema Nº 255-77-ED-TD, con la finalidad de promover en todos los centros
educativos del país la difusión de las medidas de prevención de los accidentes
de tránsito.
Las estadísticas señalan que los accidentes en vías y
carreteras son la causa principal de muerte en nuestro país, los cuales, en la
mayoría de los casos, se originan por la negligencia de personas que no acatan
las normas de tránsito.
El objetivo primordial de la educación vial es,
precisamente, difundir las reglas de tránsito entre peatones,
ciclistas y conductores de vehículos motorizados para prevenir
accidentes lamentables.
Históricamente, la Educación Vial ha sido un tema que ha
preocupado tanto a nivel social como educativo. A nivel social, por las
consecuencias socio-económicas derivadas de los accidentes de tráfico, y a
nivel educativo, desde la tarea preventiva que podía realizar la Escuela.
En el ámbito escolar, la Educación Vial debe tener un
enfoque preventivo y transformador que no esté únicamente centrado en el
aprendizaje de conceptos o procedimientos. Se trataría más bien de impulsar un
cambio de determinadas actitudes por parte del alumnado; actitudes que sean
perdurables a lo largo del tiempo y que a su vez, fomenten valores socialmente
deseables.
Consecuentemente, para que la Educación Vial sea una
realidad eficaz, se precisa de una presencia constante en todas y cada una de
las fases de formación de los ciudadanos, desde los primeros años de vida, por
el constante y fuerte protagonismo del tráfico en nuestra sociedad.
Para complementar este labor, la Policía Nacional cuenta
con un Decálogo Escolar.
- No caminaré por la pista o calzada; lo haré por la
vereda o acera.
- Antes de cruzar la pista o calzada, miraré a derecha e
izquierda.
- Para cruzar esperaré a que el tránsito de vehículos
esté detenido y lo haré por el “crucero de peatones”.
- No viajaré en el estribo ni sacaré ninguna parte del
cuerpo por las puertas o ventanillas de los vehículos.
- Saldré de mi casa con el tiempo necesario para llegar
al colegio sin apuros.
- No preocuparé a mis padres con mi tardanza, ya que me
esperan con ansiedad.
- No me entretendré jugando en las calles, porque me
expongo a un accidente.
- Cuando maneje bicicleta o motocicleta otra persona, no
haré pruebas que puedan motivar un accidente.
- Consideraré al policía como un amigo que está pronto a
auxiliarme cuando me encuentre en peligro. El policía de tránsito es el
encargado del ordenamiento del tránsito en la ciudad. En ese sentido, el
policía tiene la finalidad de organizar el paso de peatones y vehículos en
lugares donde no hay semáforos o cuando el tráfico es muy intenso.
Fuente: www.deperu.com
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